Por: Luis Arango Nieto, Exviceministro de Agricultura. Colombia tiene dos opciones: aumentar el área de siembra con responsabilidad sostenible y utilizar tecnología, tanto agronómica como de mecanización.
El crecimiento de la población mundial demanda cada vez más alimentos, reto que debe que ser asumido por dos vías: más tierras agrícolas, lo que cada vez es menos viable porque las áreas escasean y no se puede seguir deforestando. La segunda opción es la tecnología. Sin embargo, según FAO hay en el mundo 7 países llamados a convertirse en despensas del mundo y Colombia es uno de ellos. Según el censo rural, el país cuenta con 43 millones de hectáreas para uso agropecuario, pero en agricultura se usan 8,5 millones, el resto es ganadería, y la mayoría es extensiva.
Del área de uso agropecuario se calcula que 10 millones de hectáreas pueden ser mecanizadas. Sin embargo, los cultivos mecanizados son solo 2,5 millones de hectáreas.
Por todo lo anterior, Colombia tiene las dos opciones: aumentar el área de siembra con responsabilidad sostenible y utilizar tecnología, tanto agronómica como de mecanización.
El hecho de que se estén importando 6 millones de toneladas de maíz lleva a concluir que se pueden sustituir con producción nacional, ya que se tiene la tierra y la tecnología agronómica, pero hay que invertir en mecanización.
La tecnología lleva a producir más con menos insumos. Los paradigmas han cambiado: antes se sembraba con poca tecnología y más movido por la experiencia y tradición. Hoy se recopilan datos que llevan a un análisis y posterior solución inteligente. Y surge el poder de los datos.
La utilización de ese poder se logra a través de la agricultura de precisión que es una tecnología de información basada en el posicionamiento satelital y que consiste en obtener datos geo referenciados de lotes o máquinas para así obtener un conocimiento de lo que sucede o puede suceder en un lote o en una máquina. Tales como las siguientes:
Un lote agrícola debe estar nivelado para lo cual existen instrumentos como el “Igrade” que se conecta con un satélite y permite nivelación precisa y así lograr aumentos en rendimientos del cultivo y economía de agua de riego.
Los monitores de rendimiento en cosechadoras identifican las áreas de bajos rendimientos que con posterior elaboración de un mapa se ubican sitios con dificultades de fertilidad y se procede a una fertilización inteligente local.Si hay que hacer una fumigación para control de malezas se cuenta con instrumentos como el “see & spray” que a través de algoritmos de computación gráfica y aprendizaje de la máquina diferencian plantas y malezas. Pero las máquinas deben tener un seguimiento estricto para reducir costo en reparaciones.
Lo anterior son apenas algunos instrumentos que ayudan para mejorar eficiencia y reducir costos, mejorar competitividad y sustituir importaciones.